viernes, 6 de noviembre de 2009

Quemar las naves




En el año 335 a.C. al llegar a la costa de Fenicia, Alejandro Magno debió enfrentar una de sus más grandes batallas, al desembarcar comprendió que los soldados enemigos superaban en cantidad, tres veces mayor, a su gran ejército. Sus hombres estaban atemorizados, y no encontraban motivación para enfrentar la lucha, habían perdido la fe, y se daban por derrotados, el temor había acabado con aquellos guerreros invencibles.
Cuando Alejandro Magno hubo desembarcado a todos sus hombres en la costa enemiga dio la orden de que fueran quemadas todas sus naves. Mientras los barcos se consumían en llamas y se hundían en el Mar, reunió a sus hombres y les dijo: “observen como se queman los barcos, esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podremos volver a nuestros hogares, y ninguno de nosotros podrá reunirse a su familia nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos, debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por mar, ¡Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos.!"
Cuantas veces la falta de confianza, el temor y la inseguridad, el estar atado a lo seguro nos priva de conseguir nuevos éxitos, nos hace renunciar a los cambios, nos hace renunciar a los sueños, nos hace negar los anhelos y las metas que están grabadas en lo más profundo de nuestros corazones.
Cuantas veces la seguridad de poseer algo, nos hace renunciar a la posibilidad de conseguir mucho mas, cuantas veces lo que tenemos fácilmente a nuestro alcance nos impide crecer, haciendo que la seguridad se convierta en mediocridad, fracaso y monotonía.
Debemos saber que perseverando todo puede lograrse. Que las personas perseverantes inician su éxito donde otras acaban por fracasar.
Que ningún camino es demasiado para un hombre que avanza decidido, y sin prisas teniendo claro sus objetivos.
El ejército de Alejandro Magno venció en aquella batalla, regresando a su tierra a bordo de los barcos conquistados al enemigo.
Los mejores hombres no son aquellos que han esperado las oportunidades, sino quienes las buscado y las han aprovechado a tiempo, quienes han asediado a la oportunidad, quienes la han conquistado.
La conquista puede ser un amor, conocimientos, trabajo, riquezas materiales o espirituales, un objetivo, como dejar de fumar, todo esta a tu alcance. Vos podes plantearte las metas y los objetivos que deseas.
Las condiciones para lograr éxitos no son siempre fáciles, no hay otro método que trabajar duro, ser tenaz, soportar, creer en si mismo, luchar, no rendirse y lo más importante jamás volver la espalda.
Ustedes son su propio ejército, el enemigo es el cigarrillo, sus naves son los temores y las inseguridades, los miedos y las flaquezas, las ganas de volver a fumar, las tentaciones. Eso es lo que tienen que quemar, LAS NAVES DE LA DERROTA, y regresar triunfadores de esta hermosa batalla, una de las más importantes de sus vidas, la batalla contra el cigarrillo, y contra su propio escepticismo.

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