Un estudio hecho sobre 600 locales gastronómicos y salas de juego muestra que los compartimentos y extractores de aire no impiden daños considerables
Al aprobarse en 2008 la Ley Antitabaco bonaerense fueron varias las organizaciones civiles que cuestionaron el hecho de que se permitiera fumar en ciertos locales gastronómicos y salas de juego. En base a la experiencia de otros países, aseguraban que las "peceras" y sistemas de ventilación previstos para esos lugares no iban impedir que el humo causara igual un daño considerable a los no fumadores. Cuatro años más tarde, la validez de aquella advertencia pudo ser confirmada finalmente sobre terreno.
Un estudio realizado por la Alianza Libre de Humo Argentina sobre 600 locales comprobó que la concentración de partículas tóxicas en el aire de bingos y casinos de nuestra provincia supera hasta en cuatro veces el nivel máximo considerado como saludable; y que los clientes de bares y restaurantes con espacios compartimentados para fumadores no dejan de estar expuestos a los efectos nocivos del humo ajeno.
"Decidimos hacer el estudio porque desde que en junio último se sancionó la Ley Nacional Antitabaco empezamos a recibir muchísimas quejas de trabajadores de salas de juego de la Provincia. Lo que plantean esencialmente es cómo puede ser que una ley nacional respete su derecho a la salud y una provincial los perjudique vulnerando ese derecho. Queríamos demostrar hasta qué punto está en juego la salud de la gente para pedirle a las autoridades de la Provincia que ajusten su legislación a las exigencias nacionales", explica Marita Pizarro, la coordinadora de la Alianza Libre de Humo Argentina.
Lo cierto es que al comprobar efectivamente que existe un perjuicio considerable, "el estudio pone en evidencia que la Provincia está violando un derecho constitucional, como es el derecho a la salud. Pero además, desde el momento en que una de cada siete muertes en ámbitos labores se debe a la exposición a humo de tabaco, también está incurriendo en una discriminación hacia las personas que trabajan en lugares donde se permite fumar, ya que deja que haya trabajadores de primera y de segunda", sostiene Verónica Schoj, la directora de la Fundación Interamericana del Corazón.
LO QUE MUESTRA EL ESTUDIO
Realizado en noviembre último por la Alianza Libre de Humo Argentina, una coalición que reúne a un centenar de organizaciones civiles, el estudio sobre contaminación por tóxinas de tabaco en lugares públicos tuvo por objetivo medir el riesgo al que están expuestas las personas que no fuman en jurisdicciones donde no rigen leyes 100% libres, como es el caso de la Provincia de Buenos Aires.
Con ese propósito se realizaron mediciones de partículas respirables de humo de tabaco en 25 salas de juegos bonaerenses, donde (por tener una superficie mayor a los 400 metros cuadrados) se permite fumar; como así también en locales gastronómicos habilitados para tener sectores exclusivos para fumadores. Los datos obtenidos allí se compararon luego con los de otros locales de su mismo rubro bajo leyes 100% libres de humo en el contexto de un estudio que abarcó un total de 600 mediciones.
Como resultado de ello se comprobó que "en los bingos y casinos de la Provincia donde se permite fumar, la cantidad de partículas respirables de humo de cigarrillo se encuentra entre las 150 y 230 por millón"; un concentración que "supera en cuatro veces el nivel máximo que los estándares internacionales empiezan considerar riesgoso". Esto probaría que "los sistemas de purificación de aire previstos por la Ley para las salas de juego no protegen a aquellos clientes que no fuman", señala el estudio.
Lo mismo se observó con respecto a los espacios compartimentados para fumadores que pueden tener los locales gastronómicos de más de 100 metros cuadrados en nuestra Provincia. "En los sectores supuestamente libres de humo de esos bares y restaurantes, el nivel de concentración de partículas respirables llegó a se superar las 100 por millón; o sea el doble del máximo admisible. En otras palabras, las divisiones estructurales no impiden que el humo se filtre igual hacia donde están los clientes que no fuman", aseguran los autores del estudio.
EL PERJUICIO ECONOMICO, "UN MITO"
Además de demostrar que las medidas previstas por la Ley Antitabaco bonaerense no protegen la salud de los no fumadores en locales públicos, el estudio de la Alianza Libre de Humo también pone en duda uno de los principales argumentos por los cuales los legisladores terminaron aprobando una norma que permite fumar en salas de juegos y locales gastronómicos: el potencial perjuicio económico que podría sufrir el sector.
"Lo que sucedió en la Provincia al discutirse la Ley no es una novedad; ha pasado en muchos otros lugares del mundo porque forma parte de una conocida estrategia de la industria tabacalera para no perder mercados. Primero instala el mito de que la prohibición de fumar acarrea un 30 por ciento de pérdidas para las salas de juego y locales gastronómicos; y luego busca el apoyo de esos sectores para impedir leyes 100% libres de humo. Pero lo cierto es que esas pérdidas no se dan en la realidad, como pudo comprobarse en el propio casino de Mar del Plata", sostiene Verónica Schoj.
Sucede que pese a encontrarse bajo una legislación provincial que lo habilita para que se fume en sus salones de juego, el Casino de Mar del Plata optó por adherir a una ordenanza municipal 100% libre de humo. Y lo mismo habrían resuelto en el bingo de Bahía Blanca. Como se trataba de dos excepciones en territorio bonaerense, los autores del estudio sobre contaminación por humo de tabaco analizaron el factor económico en ambas experiencias y pudieron corroborar lo que suponían.
"Nos contactamos con los directivos de esas salas de juego para preguntarles cómo les había ido luego de declararse libres de humo y la respuesta que nos dieron fue la misma: no habían perdido clientes ni habían visto mermar su ganancias al no permitir fumar. Pero además, ambos reconocieron haber logrado reducir de esa forma la tasa de ausentismo de su personal por problemas de salud", asegura Pizarro.
TRAS UNA ADECUACION NORMATIVA
"La industria tabacalera promueve legislaciones como la bonaerense porque sabe por experiencia que son muy difíciles de hacer cumplir y en consecuencia no desnaturalizan el consumo de tabaco. De ahí que insistimos en que lo único que protege la salud de la población son las leyes 100 por ciento libres de humo como la que rige a nivel nacional", sostiene la directora de la Fundación Interamericana del Corazón.
"Con una ley nacional de esas características -agrega- resulta inadmisible que la Provincia de Buenos Aires sostenga una normativa que no protege a su gente. Porque lo cierto es que al permitir que se fume en bingos y casinos como en otros lugares de trabajo, la Provincia de Buenos Aires está condenando a muchísimas personas que no fuman a que se enfermen y mueran por las mismas causas que un fumador: de infartos y cánceres de pulmón", afirma Verónica Schoj.
A las vista de los resultados del estudio, sus aseveraciones no parecen desproporcionadas. Los niveles de humo registrados en algunas de las salas de juego de la Provincia son suficientes para que convertir al cabo de ocho horas a una persona que no fuma en un fumador pasivo de diez cigarrillos, según cálculos del Agencia Ambiental de Estados Unidos, uno de los organismos de referencia a nivel mundial.
"En suma -dice la coordinadora de la Alianza Libre de Humo-, la Ley Antitabaco bonaerense no sólo no protege a las salas de juego y locales gastronómicos de supuestos perjuicios económicos sino que, por sobre todo, tampoco protege la población. Dadas las evidencias, esperamos que las autoridades de la Provincia tomen medidas para adecuarla a las exigencias nacionales", confiesa.
La concentración de humo de tabaco en casinos y bingos de la Provincia llega a superar en cuatro veces el nivel máximo en que empieza a considerarse riesgosa
Un estudio realizado por la Alianza Libre de Humo Argentina sobre 600 locales comprobó que la concentración de partículas tóxicas en el aire de bingos y casinos de nuestra provincia supera hasta en cuatro veces el nivel máximo considerado como saludable; y que los clientes de bares y restaurantes con espacios compartimentados para fumadores no dejan de estar expuestos a los efectos nocivos del humo ajeno.
"Decidimos hacer el estudio porque desde que en junio último se sancionó la Ley Nacional Antitabaco empezamos a recibir muchísimas quejas de trabajadores de salas de juego de la Provincia. Lo que plantean esencialmente es cómo puede ser que una ley nacional respete su derecho a la salud y una provincial los perjudique vulnerando ese derecho. Queríamos demostrar hasta qué punto está en juego la salud de la gente para pedirle a las autoridades de la Provincia que ajusten su legislación a las exigencias nacionales", explica Marita Pizarro, la coordinadora de la Alianza Libre de Humo Argentina.
Lo cierto es que al comprobar efectivamente que existe un perjuicio considerable, "el estudio pone en evidencia que la Provincia está violando un derecho constitucional, como es el derecho a la salud. Pero además, desde el momento en que una de cada siete muertes en ámbitos labores se debe a la exposición a humo de tabaco, también está incurriendo en una discriminación hacia las personas que trabajan en lugares donde se permite fumar, ya que deja que haya trabajadores de primera y de segunda", sostiene Verónica Schoj, la directora de la Fundación Interamericana del Corazón.
LO QUE MUESTRA EL ESTUDIO
Realizado en noviembre último por la Alianza Libre de Humo Argentina, una coalición que reúne a un centenar de organizaciones civiles, el estudio sobre contaminación por tóxinas de tabaco en lugares públicos tuvo por objetivo medir el riesgo al que están expuestas las personas que no fuman en jurisdicciones donde no rigen leyes 100% libres, como es el caso de la Provincia de Buenos Aires.
Con ese propósito se realizaron mediciones de partículas respirables de humo de tabaco en 25 salas de juegos bonaerenses, donde (por tener una superficie mayor a los 400 metros cuadrados) se permite fumar; como así también en locales gastronómicos habilitados para tener sectores exclusivos para fumadores. Los datos obtenidos allí se compararon luego con los de otros locales de su mismo rubro bajo leyes 100% libres de humo en el contexto de un estudio que abarcó un total de 600 mediciones.
Como resultado de ello se comprobó que "en los bingos y casinos de la Provincia donde se permite fumar, la cantidad de partículas respirables de humo de cigarrillo se encuentra entre las 150 y 230 por millón"; un concentración que "supera en cuatro veces el nivel máximo que los estándares internacionales empiezan considerar riesgoso". Esto probaría que "los sistemas de purificación de aire previstos por la Ley para las salas de juego no protegen a aquellos clientes que no fuman", señala el estudio.
Lo mismo se observó con respecto a los espacios compartimentados para fumadores que pueden tener los locales gastronómicos de más de 100 metros cuadrados en nuestra Provincia. "En los sectores supuestamente libres de humo de esos bares y restaurantes, el nivel de concentración de partículas respirables llegó a se superar las 100 por millón; o sea el doble del máximo admisible. En otras palabras, las divisiones estructurales no impiden que el humo se filtre igual hacia donde están los clientes que no fuman", aseguran los autores del estudio.
EL PERJUICIO ECONOMICO, "UN MITO"
Además de demostrar que las medidas previstas por la Ley Antitabaco bonaerense no protegen la salud de los no fumadores en locales públicos, el estudio de la Alianza Libre de Humo también pone en duda uno de los principales argumentos por los cuales los legisladores terminaron aprobando una norma que permite fumar en salas de juegos y locales gastronómicos: el potencial perjuicio económico que podría sufrir el sector.
"Lo que sucedió en la Provincia al discutirse la Ley no es una novedad; ha pasado en muchos otros lugares del mundo porque forma parte de una conocida estrategia de la industria tabacalera para no perder mercados. Primero instala el mito de que la prohibición de fumar acarrea un 30 por ciento de pérdidas para las salas de juego y locales gastronómicos; y luego busca el apoyo de esos sectores para impedir leyes 100% libres de humo. Pero lo cierto es que esas pérdidas no se dan en la realidad, como pudo comprobarse en el propio casino de Mar del Plata", sostiene Verónica Schoj.
Sucede que pese a encontrarse bajo una legislación provincial que lo habilita para que se fume en sus salones de juego, el Casino de Mar del Plata optó por adherir a una ordenanza municipal 100% libre de humo. Y lo mismo habrían resuelto en el bingo de Bahía Blanca. Como se trataba de dos excepciones en territorio bonaerense, los autores del estudio sobre contaminación por humo de tabaco analizaron el factor económico en ambas experiencias y pudieron corroborar lo que suponían.
"Nos contactamos con los directivos de esas salas de juego para preguntarles cómo les había ido luego de declararse libres de humo y la respuesta que nos dieron fue la misma: no habían perdido clientes ni habían visto mermar su ganancias al no permitir fumar. Pero además, ambos reconocieron haber logrado reducir de esa forma la tasa de ausentismo de su personal por problemas de salud", asegura Pizarro.
TRAS UNA ADECUACION NORMATIVA
"La industria tabacalera promueve legislaciones como la bonaerense porque sabe por experiencia que son muy difíciles de hacer cumplir y en consecuencia no desnaturalizan el consumo de tabaco. De ahí que insistimos en que lo único que protege la salud de la población son las leyes 100 por ciento libres de humo como la que rige a nivel nacional", sostiene la directora de la Fundación Interamericana del Corazón.
"Con una ley nacional de esas características -agrega- resulta inadmisible que la Provincia de Buenos Aires sostenga una normativa que no protege a su gente. Porque lo cierto es que al permitir que se fume en bingos y casinos como en otros lugares de trabajo, la Provincia de Buenos Aires está condenando a muchísimas personas que no fuman a que se enfermen y mueran por las mismas causas que un fumador: de infartos y cánceres de pulmón", afirma Verónica Schoj.
A las vista de los resultados del estudio, sus aseveraciones no parecen desproporcionadas. Los niveles de humo registrados en algunas de las salas de juego de la Provincia son suficientes para que convertir al cabo de ocho horas a una persona que no fuma en un fumador pasivo de diez cigarrillos, según cálculos del Agencia Ambiental de Estados Unidos, uno de los organismos de referencia a nivel mundial.
"En suma -dice la coordinadora de la Alianza Libre de Humo-, la Ley Antitabaco bonaerense no sólo no protege a las salas de juego y locales gastronómicos de supuestos perjuicios económicos sino que, por sobre todo, tampoco protege la población. Dadas las evidencias, esperamos que las autoridades de la Provincia tomen medidas para adecuarla a las exigencias nacionales", confiesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario