El presidente de los EEUU admitió: "La verdad es que dejar de fumar es difícil".Asimismo, reprendió a las tabacaleras por no querer ser honestas sobre las consecuencias del consumo de tabaco
La adicción al tabaco del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, fue uno de sus grandes desafíos y ahora, una vez logrado el objetivo de dejar de fumar completamente, el presidente se unió a la concienciación ciudadana a través de un vídeo emitido por la Casa Blanca con motivo del "día antitabaco" en el país.
"La verdad es que dejar de fumar es difícil", reconoce Obama en la grabación. "Créanme, lo sé. Pero podemos hacer que sea más fácil."
Además de promover los esfuerzos del gobierno para ayudar a la gente a dejar de fumar, Obama reprendió a las compañías de tabaco por denunciar ante los tribunales las nuevas leyes que pretenden disuadir a los jóvenes de empezar a fumar a través del uso de etiquetas de advertencia muy explícitas.
Las compañías de tabaco "no quieren ser honestas acerca de las consecuencias" del consumo de tabaco, afirma Obama.
"El tabaco sigue siendo la principal causa evitable de muerte prematura en este país. También sabemos que la mejor manera de prevenir los problemas de salud que vienen con el hábito de fumar es evitar que los más jóvenes se inicien en la adicción", añadió.
Ayer se celebró por trigésimosexto año el "Great American Smokeout", una iniciativa de la Asociación Americana contra el Cáncer para animar a dejar de fumar y concienciar sobre los efectos del tabaco en la salud.
"Siempre supimos que conseguir que la gente de este país deje de fumar no es fácil. Pero es gente como todos ustedes. Podemos ayudar a los americanos de cualquier lugar a vivir unas vidas más largas, más felices y más saludables", concluyó el presidente.
Obama prometió que abandonaría el tabaco al llegar a la Casa Blanca y durante la campaña electoral de 2008 a menudo se le veía mascando chicles de nicotina, que frenan el ansia por el pitillo.
Sin embargo, meses después de su llegada a la presidencia, reconoció que aún fumaba de vez en cuando.
El presidente prometió a su esposa, Michelle, que no fumaría dentro de la Casa Blanca, donde de todas formas está prohibido fumar desde la presidencia de Bill Clinton (1993-2001), aunque no dijo nada de salir al jardín a encender un cigarro.
En su último chequeo médico oficial, el informe reveló que finalmente, la vida del presidente norteamericano está libre de humos.
El tabaco es la principal causa de muertes evitables en los Estados Unidos, donde mata a 443.000 personas al año (más de 1.200 al día).
Aunque el número de fumadores bajó significativamente en el país en los últimos 40 años, ese declive se estancó recientemente, y hoy alrededor de un 20% de la población, 46 millones de adultos, consume cigarrillos.
Fuente: Infobae
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