Son malas noticias para todos los que luchamos en contra de este flagelo. El dinero manda y se instaló una "planta modelo" de fabricación de cigarrillos, con la presencia de importantes autoridades nacionales, provinciales y municipales. Una verdadera fiesta, que el pueblo argentino no se merece. Y la ley nacional? Se reglamentará algún día?
miércoles, 30 de noviembre de 2011
martes, 22 de noviembre de 2011
Otro debate:¿se deberían prohibir los cigarrillos? 19/11/11 Por Peter Singer Profesor de Bioética (Universidad de Princeton)
El médico de Barack Obama confirmó el mes pasado que el presidente estadounidense ya no fuma. A petición de su esposa, Michelle Obama, el presidente decidió dejar de fumar por primera vez en 2006 y ha usado la terapia de reemplazo de nicotina como apoyo.
Si a Obama, un hombre con una voluntad lo suficientemente firme para buscar y conseguir la presidencia de los Estados Unidos, le llevó seis años dejar ese vicio, no es sorprendente que cientos de millones de fumadores no puedan hacerlo.
Si bien en los Estados Unidos la tasa de fumadores ha disminuido abruptamente, de aproximadamente el 40% de la población en 1970 a apenas el 20% actualmente,esa cifra dejó de decrecer aproximadamente en 2004.
Todavía hay 46 millones de fumadores estadounidenses adultos y alrededor de 443.000 de ellos mueren cada año. A nivel mundial, el número de cigarrillos vendidos -seis billones al año, que son suficientes para cubrir la distancia de ida y vuelta al sol- ha llegado a un máximo histórico.
Seis millones de personas mueren al año debido al cigarrillo -más que las muertes totales provocadas por el SIDA, la malaria y los accidentes de tránsito-. De los 1300 millones de chinos, más de uno de cada diez morirán debido al tabaco.
La Agencia estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció que dedicaría 600 millones de dólares en un período de cinco años para educar al público acerca de los peligros del tabaco. Sin embargo, Robert Proctor, historiador de las ciencias en la Universidad de Stanford y autor del próximo best seller cuyo título es Golden Holocaust: Origins of the Cigarette Catastrophe and the Case for Abolition (El holocausto dorado: orígenes de la catástrofe del cigarro y argumentos para abolirlo) asegura que utilizar la educación como única arma contra una droga altamente adictiva y a menudo mortal es imperdonablemente insuficiente.
Proctor afirma que “La política de control del tabaco se centra con demasiada frecuencia en educar al público, cuando debería enfocarse en reparar o eliminar el producto”. Señala que no sólo se educa a los padres de familia para que eviten que sus niños se lleven a la boca juguetes pintados con pinturas a base de plomo, sino que se prohíbe el uso de esa pintura. Igualmente, cuando se descubrió que la talidomida provocaba importantes defectos de nacimiento, no sólo se educó a las mujeres para que no utilizaran ese medicamento durante el embarazo.
Como dice Proctor, los artículos más mortíferos de la historia de la civilización no son las armas o las bombas, sino los cigarrillos. Si deseamos salvar vidas y mejorar la salud, ninguna de las acciones que tenemos a nuestro alcance sería tan eficaz como una prohibición internacional de la venta de cigarrillos . (Eliminar la pobreza extrema en todo el mundo es la única estrategia que podría salvar más vidas, pero sería mucho más difícil de alcanzar).
Para quienes reconocen el derecho de un Estado a prohibir el uso de drogas como la marihuana y el éxtasis debería resultar fácil aceptar una prohibición del cigarro.
El tabaco causa más muertes que esas drogas.
Hay quienes argumentan que mientras una droga dañe únicamente a quienes opten por usarla, el Estado debe permitir que cada individuo decida por sí mismo y limitarse a asegurar que los usuarios estén informados de los riesgos que corren . Sin embargo, ese no es el caso del tabaco, dados los peligros derivados del tabaquismo pasivo, especialmente cuando los adultos fuman en casas donde hay niños pequeños. Incluso haciendo a un lado el daño que los fumadores hacen a los no fumadores, el argumento de la libertad de elección no es convincente en el caso de una droga tan adictiva como el tabaco , y se vuelve aún más cuestionable cuando se considera que la mayoría de los fumadores comienzan a fumar en la adolescencia y más tarde quieren dejar el tabaco. Reducir la cantidad de nicotina a un nivel que no sea adictivo podría superar esta objeción.
El otro argumento en favor de dejar las cosas como están es que prohibir el tabaco podría dar lugar al mismo tipo de fiasco que resultó de los esfuerzos por prohibir el alcohol en otras épocas: resultaría en una canalización de miles de millones de dólares al crimen organizado , alimentaría la corrupción de las fuerzas encargadas de aplicar la ley y haría muy poco para reducir el uso del tabaco. No obstante, esa puede ser una comparación falsa. Después de todo, a muchos fumadores les agradaría que se prohibieran los cigarrillos ya que, al igual que Obama, quieren dejar el tabaco.
Copyright Project Syndicate, 2011.
Luego de abandonar el cigarrillo, Obama arenga a la población a dejar de fumar
El presidente de los EEUU admitió: "La verdad es que dejar de fumar es difícil".Asimismo, reprendió a las tabacaleras por no querer ser honestas sobre las consecuencias del consumo de tabaco
La adicción al tabaco del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, fue uno de sus grandes desafíos y ahora, una vez logrado el objetivo de dejar de fumar completamente, el presidente se unió a la concienciación ciudadana a través de un vídeo emitido por la Casa Blanca con motivo del "día antitabaco" en el país.
"La verdad es que dejar de fumar es difícil", reconoce Obama en la grabación. "Créanme, lo sé. Pero podemos hacer que sea más fácil."
Además de promover los esfuerzos del gobierno para ayudar a la gente a dejar de fumar, Obama reprendió a las compañías de tabaco por denunciar ante los tribunales las nuevas leyes que pretenden disuadir a los jóvenes de empezar a fumar a través del uso de etiquetas de advertencia muy explícitas.
Las compañías de tabaco "no quieren ser honestas acerca de las consecuencias" del consumo de tabaco, afirma Obama.
"El tabaco sigue siendo la principal causa evitable de muerte prematura en este país. También sabemos que la mejor manera de prevenir los problemas de salud que vienen con el hábito de fumar es evitar que los más jóvenes se inicien en la adicción", añadió.
Ayer se celebró por trigésimosexto año el "Great American Smokeout", una iniciativa de la Asociación Americana contra el Cáncer para animar a dejar de fumar y concienciar sobre los efectos del tabaco en la salud.
"Siempre supimos que conseguir que la gente de este país deje de fumar no es fácil. Pero es gente como todos ustedes. Podemos ayudar a los americanos de cualquier lugar a vivir unas vidas más largas, más felices y más saludables", concluyó el presidente.
Obama prometió que abandonaría el tabaco al llegar a la Casa Blanca y durante la campaña electoral de 2008 a menudo se le veía mascando chicles de nicotina, que frenan el ansia por el pitillo.
Sin embargo, meses después de su llegada a la presidencia, reconoció que aún fumaba de vez en cuando.
El presidente prometió a su esposa, Michelle, que no fumaría dentro de la Casa Blanca, donde de todas formas está prohibido fumar desde la presidencia de Bill Clinton (1993-2001), aunque no dijo nada de salir al jardín a encender un cigarro.
En su último chequeo médico oficial, el informe reveló que finalmente, la vida del presidente norteamericano está libre de humos.
El tabaco es la principal causa de muertes evitables en los Estados Unidos, donde mata a 443.000 personas al año (más de 1.200 al día).
Aunque el número de fumadores bajó significativamente en el país en los últimos 40 años, ese declive se estancó recientemente, y hoy alrededor de un 20% de la población, 46 millones de adultos, consume cigarrillos.
Fuente: Infobae
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